Madera de nogal
“En ebanistería se suelen emplear maderas finas. Especial importancia tienen las siguientes: El boj, la caoba, el ébano, el jacarandá, el mamey, el nogal, el palo santo, el peral, el roble. Todas maderas duras”.
Aunque el arte de ebanistería se ejerció desde la antigüedad, sin embargo, el vocablo «ebanista»[1] no se empleó hasta el siglo XVII, concretamente en Francia, al parecer se refería al trabajo chapado en ébano. Como en tantas otras cosas, la realidad fue por delante del concepto apropiado de su designación.
“En ebanistería se suelen emplear maderas finas. Especial importancia tienen las siguientes: El boj, la caoba, el ébano, el jacarandá, el mamey, el nogal, el palo santo, el peral, el roble. Todas maderas duras”.
Aunque el arte de ebanistería se ejerció desde la antigüedad, sin embargo, el vocablo «ebanista»[1] no se empleó hasta el siglo XVII, concretamente en Francia, al parecer se refería al trabajo chapado en ébano. Como en tantas otras cosas, la realidad fue por delante del concepto apropiado de su designación.
En la actualidad el trabajo de ebanistería va unido, casi exclusivamente, a la construcción artesana de muebles. Tiempo atrás, fue labor de ebanista la creación de artesonados y la talla de madera, especialmente a partir del periodo gótico.
En ebanistería se suelen emplear maderas finas. Tienen especial importancia entre ellas, las siguientes: El boj, la caoba, el ébano, el jacarandá, el mamey, el nogal, el palo santo, el peral, el roble. Todas maderas duras.
También el abedul, el álamo, el cedro, el laurel, el tilo. Todas estas son maderas blandas.
El nogal es un árbol de las familias de las juglandales. Su madera es compacta, de color pardo y con vetas. Existen al menos cincuenta especies distintas. Se da esta planta, sobre todo, en Europa, América y Asia.
Cabe destacar dentro de esta variedad el Juglans regia, nogal que se extiende desde el SE de Europa hasta el Himalaya y el Carya olivaeformis de Norteamérica que suministra la madera de Kickoy y las nueces de pecana.
La madera de nogal se apolilla con facilidad si no se la cuida convenientemente. Es por ello que necesita se le preste un esmerado cuidado.
Fue el nogal una de las maderas más usadas en ebanistería antes del descubrimiento de América; después, otras llegaron a competir con ella.
En la Basílica de San Pedro de Roma existen, entre otras muchísimas cosas, 28 confesonarios de nogal, madera dura y recia como pocas.
Si he escrito esta larga y minuciosa introducción, ha sido con el objeto de recalcar un hecho de importancia relevante -ya cuatro veces repetida- cuyo protagonista ha sido Juan Pablo II, el Papa de los gestos «ordinarios con proyección extraordinaria». El hecho: el Romano Pontífice, Juan Pablo II, ocupó uno de esos confesionarios de nogal el pasado Viernes Santo[2].
Confesionario de nogal: una hora y cuarenta y cinco minutos conducido por el Pastor de los pastores de la Iglesia Universal. Todo un ejemplo.
Diecisiete personas arrodilladas a los pies del primer confesor. Un grito de dolor y arrepentimiento en la cima de la barca del pescador.
Qué bien se entienden aquellas palabras de la Bula de Convocación del Jubileo especial, en el 1950 aniversario de la Redención: “Ciertamente los Sagrados Pastores dedicarán, junto conmigo, particular atención a la función insustituible del sacramento de la Penitencia en esta misión salvífica de la Iglesia (...). Y más adelante dice: «A este respecto, exhorto a todos los sacerdotes a ofrecer con generosa disponibilidad y entrega la más amplia posibilidad a los fieles de disfrutar de los medios de la salvación, y para facilitar la misión de los confesores, dispongo que los sacerdotes que acompañen o se unan a peregrinaciones jubilares fuera de su propia diócesis, puedan servirse de la facultades que les han concedido en la propia diócesis las legítimas autoridades»[3].
Benditos confesionarios de nogal, de madera dura y fácil a la polilla. Enhorabuena Santo Padre, porque con tu lección, sencilla y callada, llamas a cada uno de los fieles «al arrepentimiento y al perdón», y a los confesores a la «disponibilidad y a la entrega».
Nogal... confesionario... gesto en Viernes Santo.
DN 18 de abril de 1983
[1] Ebanista: “carpintero de muebles y trabajos finos”, Diccionario general de la lengua española, Larousse, Madrid 2000.
[2] En la tarde del Viernes Santo (día 1-4- 1983) y antes de que el Papa Juan Pablo II saliese hacia el centro de Roma para el tradicional Via Crucis en el Coliseo, estuvo en uno de los confesonarios y durante una hora y media confesó a unos cuarenta fieles. Palabra, n. 1775-1980, Madrid, p. 211.
[3] “Abrid las puertas al Redentor”: Bula de Convocación del Jubileo del 1950 años de la Redención, dada en Roma junto a San Pedro, en la Solemnidad del Señor, día 6 de enero del año 1983. Ecclesia 1983, n. 2112, pags. 168-173.
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